viernes, 31 de octubre de 2008

Mueren las flores.



Lo notaste? Otra vez se secaron las flores del balcón.
La última vez que las vi marchitarse pensé que nunca más iban a florecer, pero de repente y contra todo pronóstico volvieron a nacer, como aquello que teníamos, como aquello que era nuestro.
Hoy nada puede crecer en estas tierras áridas, Amor, lo sabíamos y nos empecinamos en creer que era posible. Hoy estamos acá, mirándonos de espaldas, sabiendo que nada de lo que se diga puede cambiar lo que no dijimos ayer.
Desde ese balcón mirábamos los techos de las casas y nos inventábamos un mar de madrugada, y el ruido de los coches se volvía susurro de agua, y vos y yo éramos arena y luna, y nada parecía estar de más.
Nos negamos siempre a creer que el tiempo vencería todas las batallas, y hoy estamos desarmados, indefensos, prisioneros de guerra.
¿Dónde vamos a refugiarnos ahora que nuestra trinchera ya no es nuestra?
¿Quién construirá para mí fortalezas de humo donde protegerme de los ataques de la melancolía?
¿Cómo junto y vuelvo a armar los pedacitos de esta vida rota?
¿Cómo?




.

No hay comentarios: